“¡Hay que mocharles la mano!”, dijo convencido el “Bronco“. “¿No habla literalmente?”, preguntó sorprendida la moderadora Azucena Uresti. “Sí, claro, hay que mocharle la mano al que robe”, respondió.
En 2018, el entonces gobernador con licencia de Nuevo León, Jaime Rodríguez Calderón, conocido como el “Bronco”, agregó sal y pimienta a los debates presidenciales en los que también participaron José Antonio Meade, Ricardo Anaya y Andrés Manuel López Obrador. Aunque las encuestas marcaban como improbable su triunfo en las urnas, el político independiente no pasó desapercibido en la serie de encuentros que sostuvieron los candidatos, no tanto por su plataforma política, sino por sus ocurrencias y propuestas estrafalarias.
“Dale un beso”, pidió a sus contrincantes. “México necesita más de eso”, agregó al criticar que los tres candidatos utilizaran sus espacios para atacarse unos a otros. “Se pelean y no dan propuestas, ese es el problema”.
Quizás la intervención más recordada del “Bronco” fue aquella en la que propuso promover una reforma para “cortarle la mano” a los funcionarios que roban. La sorpresa del panel no pudo ser mayor, incluso la moderadora de ese debate, Azucena Uresti, le cuestionó: “¿No habla literalmente?”, a lo que él respondió: “Sí, claro, hay que mocharle la mano al que robe”.